Hasta el momento puede afirmarse, tomando como base el material arqueológico hallado que comunidades paleolíticas habitaron tempranamente diferentes puntos del territorio sagüero al tener el tipo de economía de apropiación que practicaban, garantizada la caza y la recolección vegetal y animal, pero otras evidencias arqueológicas encontradas demuestran que también se asentaban grupos mesolíticos medios y tardíos, quedando demostrado que la estancia del hombre primitivo en Sagua se dilató en el tiempo, aunque hasta el presente no se ha podido demostrar que hayan sobrevivido hasta la llegada del conquistador español.
Las comunidades paleolíticas se asentaron en determinadas áreas del municipio, alejadas del mar, sus hábitos de vida estaban asociados al bosque de tierra adentro, las alturas que posee Sagua hacia el suroeste, los márgenes del río Sagua lejanas a la desembocadura y preferentemente cerca de pequeños afluentes. Los grupos mesolíticos dependían de la zona del litoral, donde la actividad económica fundamental se vinculaba a la desembocadura del río Sagua la Grande en lugares conocidos hoy como “El Dorado” y “El Dique”, así como en los Mogotes de Jumagüa, la actividad de la caza fue muy dinámica, mientras que la pesca a pesar de no hallarse hasta el presente avíos primitivos fue una base segura de alimentación sobre todo en la región del Dorado.
La industria de la piedra tallada, está presente en la mayoría de los residuarios.
En la dieta del aborigen de nuestra zona ocupó un lugar privilegiado la jutía, el manatí, la jicotea de río, moluscos, caracol de río, el cangrejo de tierra y otros.
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